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La ciclovía Cholul-Sitpach

En todo el territorio yucateco hay un gran número de ciclovías que raramente son tomadas en cuenta por las estadísticas oficiales y no oficiales. No se crea amable lector que me estoy refiriendo a unos cuantos metros de infraestructura ciclista por aquí o por allá. Se trata de cientos de kilómetros de caminos ciclistas la gran mayoría de ellos sin la señalética correspondiente y que ni siquiera aparecen en los mapas. Pongo un ejemplo sencillo. Hace unas tres semanas fui en bici con un grupo de amigos al puerto de Sisal y prácticamente en la totalidad de los poco más de 50 kilómetros que separan a la capital yucateca de Sisal existe ciclovía. Otro ejemplo, en Valladolid puedes encontrar ciclovías para ir a varias de sus comisarías y así con numerosos municipios del interior del estado que tienen comunicación entre comisarías y la cabecera municipal a través de ciclovías. Hay que decir que se trata de caminos alternos que se han construido en los últimos 35 años a veces por las administraciones municipales, otras por el gobierno estatal, para segregar a los ciclistas y personas en triciclo que como ya sabemos no son pocos en Yucatán, del tráfico vehicular cada vez mayor, lo anterior como respuesta al peligro continuo de los usuarios de estos vehículos llamados menores por el reglamento de tránsito vigente, ante las altas velocidades de los vehículos motorizados y a que la gran mayoría de los caminos y carretearas a los municipios no cuentan con acotamiento por donde puedan circular con relativa seguridad estos vehículos.

Debe señalarse sin duda, que la calidad de estos caminos ciclistas así como su mantenimiento varía según el municipio, lo cierto es que se trata de infraestructura muy utilizada por los habitantes que viven en estos lugares y hay que decir que si bien estas ciclovías no tienen señalética tienen, la mayoría de ellas, un diseño muy aceptable siendo casi todas de doble sentido con un ancho de más de dos metros y separadas de los caminos o carreteras por un área verde también de más de dos metros lo que convierte a estos caminos en vías muy seguras que no fácilmente pueden ser invadidas por los automovilistas.

Cerca de Mérida teníamos dos ciclovías con estas características. La primera era la que va del Periférico a la comisaría de Cholul, una ciclovía más bonita que la de Paseo Montejo, los ciclistas que viven por la zona no me dejarán mentir. Pues resulta que hace poco más de tres años esa ciclovía fue parcialmente mutilada para ensanchar esa avenida para que los autos pudieran ir más rápido sobre todo en las mañanas, aunque van rápido a todas horas. Lo que hicieron fue mutilar el espacio verde que separaba a la ciclovía de la carretera y tirar todos los árboles y arbustos que se hallaban en dicha zona quedando poco menos de la mitad del tramo de ciclovía pegado a la carretera por donde circulan los autos, con boyas como separadores las cuales facilitan la invasión de la otrora bella ciclovía por autos y tráileres que de plano se estacionan sobre ella sin ser multados.

La otra ciclovía con esas características era –hasta hace un par de semanas- la que comunicaba la comisaría de Cholul con la comisaría de Sitpach. Una ciclovía con su área verde como separación entre ciclovía y carretera tupida de arbustos y árboles medianos plantados en las campañas municipales de reforestación de los últimos años. Hace un par de semanas esa ciclovía fue eliminada sin mayor información a la ciudadanía, la causa es obvia, ensanchar los carriles para que los autos puedan ir más rápido. Hay que decir que esa ciclovía como todas aquella de las que hablé al inicio de este artículo son utilizadas también por los peatones porque en ninguno de estos caminos existen las banquetas. A diferencia del pasado hoy existen leyes en México que impiden a los gobiernos de cualquier orden hacer lo que quieran con los caminos y carreteras. Esperamos que lo que hagan en este espacio cumpla con la norma oficial vigente para la construcción de caminos y que dejen espacio no sólo para los automóviles sino para el transporte público, para las bicicletas y para los peatones. Así sea.

Columna publicada el 29 de julio en el diario local y plataforma digital  Penínsular Punto Medio bajo el título La ciclovía Cholul-Sitpach

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Paseo Nocturno en Bici #614

Fecha: Miércoles 31 de julio de 2024.

Punto de reunión: Parque de Santa Ana (calle 60 x 47 Centro de Mérida).

Consulta el evento en Facebook

La ruta

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Paseo Nocturno en Bici #613

Fecha: Miércoles 24 de julio de 2024.

Punto de reunión: Parque de Santa Ana (calle 60 x 47 Centro de Mérida).

Consulta el evento en Facebook

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La batalla cultural por la bicicleta

Lo hemos comentado en los últimos foros realizados en la ciudad de Mérida, El Foro Nacional de la Bicicleta y el Smart Citi Expo Latam Congress, los ciudadanos debemos dar la batalla cultural a favor de la bicicleta. Claramente no sólo a través de foros sino a través de acciones cotidianas individuales y colectivas donde dejemos evidencia de las bondades del uso de la bicicleta como medio de transporte.

Es imperativo proteger, reconocer y garantizar los derechos de los ciclistas y para ello no basta cambiar las leyes, lo cual por sí mismo ya es complicado, y todavía más, hacer cumplir dichas leyes, lo que necesitamos es dar la batalla cultural a favor de la bicicleta, establecer un movimiento bicicultural que haga frente al cocherelato que durante casi cien años se ha venido imponiendo por las grandes empresas fabricantes de automóviles. Debemos hacer que cada vez más personas vean  la bici como el medio de transporte moderno y eficiente, que no contamina ni gasta gasolina, que permite una vida más sana y nos coloca en una situación de personas transitando entre personas.

Es preciso hacerles saber a todos que transportarse en bicicleta no es una moda ni un tema que vaya a pasar, se trata de un movimiento que poco a poco se está estructurando a través de miles de acciones que realiza la ciudadanía en ocasiones con el apoyo de las autoridades políticas, dejando de manifiesto el despertar de millones de personas que no quieren seguir sometidas a la violencia vial y que reaccionan buscando mejores maneras de moverse en la ciudad.

Todos los días, nos enfrentamos a ciudades cada vez más hostiles, en donde si no vas en automóvil te mueves como un ciudadano de segunda clase, tenemos enfrente una lucha desproporcionada con vehículos conducidos a alta velocidad que vulneran nuestra libertad, de manera que impulsar la cultura de moverse en bici puede ser vista perfectamente como un movimiento de liberación.

La pregunta es: ¿Es posible convencer a las mayorías de que la bici es un transporte eficiente?

No dudo que para muchas personas se trate de una utopía, sin embargo, vemos que en ciudades europeas ha sido posible y realizable, en buena parte de dichas ciudades la bici y la caminata son los modos mayoritarios de transporte. Son acciones que hacen felices a las personas que habitan esos lugares, es importante difundir tales ejemplos y sobre todo reconocer que es un tema de políticas públicas, de planeación de la ciudad temas que la ciudadanía no puede hacer sola y requiere el concurso de los gobiernos.

Es tarea de la sociedad civil impulsar y hacer ver a las autoridades y a los medios de comunicación que la cultura de la bici es posible, que se trata de una gran alternativa para resolver no sólo la crisis del transporte, sino que es una vía para resolver problemas que parecieran no tener relación; por ejemplo, el tema de salud, relacionando activación física con transporte y hacer que las personas cumplan la cuota de ejercicio diario para mantenerse sanas por poner sólo un ejemplo.

Se trata de un debate de ideas y conceptos, debemos lograr que la bici ya no parezca más el vehículo de los marginados, de los pobres, hay que darle el espacio que la bici merece en la ciudad para permitirle que ella haga los cambios por nosotros: pedaleando limpiamos el aire, hacemos ciudades más humanas, nos acercamos y comunicamos unos con otros, nos transformamos de seres inaccesibles a seres al alcance de los demás. Demos todos la batalla cultural por la bicicleta. 

Columna publicada el 22 de julio en el diario local y plataforma digital  Penínsular Punto Medio bajo el título La batalla cultural por la bicicleta

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Paseo Nocturno en Bici #612

Fecha: Miércoles 17 de julio de 2024.

Punto de reunión: Parque de Santa Ana (calle 60 x 47 Centro de Mérida).

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Bicicleta o barbarie

Bicicleta o Barbarie es la disyuntiva a la que el mundo se enfrenta desde hace ya algunos años según Carlos Rodríguez González, activista español de origen asturiano quien a principios de este año publicó su primer libro de relatos llamado justamente así: “Bicicleta o Barbarie”.

Se trata de 37 relatos, casi todos ellos de ficción, prologados por Pedro Bravo autor de “Biciosos ¿Por qué vamos en bici y otras preguntas que te haces cuando vas a pedales?” donde la bicicleta es la protagonista y el mejor pretexto para hacer fluir reflexiones sobre dos ruedas, relatos de viajes, conspiraciones cochistas, historias-ficción, anécdotas y lecciones de vida, cicloturismo por territorios fantásticos. Personajes de leyenda, entes que pedalean no precisamente como ejercicio físico sino como ejercicio político, como ejercicio revolucionario, lúdico, liberador.

Se trata de relatos cuya génesis no puede ser otra que el amor a la bicicleta, pero más que eso, el deseo de un mundo que transite hacia el futuro a la velocidad de este vehículo cuyo motor es la persona que lo conduce.

En estas historias hay héroes bicicleteros y villanos cochistas pero no se piense que es un libro maniqueo, se trata de un libro como he dicho antes escrito con amor y también con humor, un humor que a veces es difícil compartir en nuestras latitudes tal vez porque no compartimos los mismos bagajes culturales pero eso sí compartimos la misma propensión hacia ese vehículo esbelto y silencioso cargado de subversión capaz de revertir el orden económico, político, social y cultural.

A lo largo de sus más de 250 páginas, nos encontramos con relatos de viajes, historias de bicipunketas, sexagenarios, robots, cochistas, licántropos, el barón Münchhausen, Federico Engels, Karl Marx y otros personajes extravagantes que recorren el mundo en bicicleta.

Bicicleta o Barbarie, BoB como al autor le gusta llamar a su primer hijo literario, fue financiado a través de una campaña con un doble propósito. En primer lugar, ofrecer textos placenteros para sus lectores y en segundo lugar, recaudar fondos para la campaña 2024 de “30 Días en bici”, que como cualquier campaña enfrenta desafíos financieros importantes para seguir promoviendo el uso de la bicicleta.

En Mérida, Yucatán durante el Foro Nacional de la Bicicleta Carlos Rodríguez tuvo oportunidad de presentar por vez primera su libro fuera de España, en la sala Mayamax del Gran Museo del Mundo Maya, luego en la Ciudad de México Carlos hizo al menos un par de presentaciones más.

Por ahora el libro no puede encontrarse en librerías en México, pero puede adquirirse en formato e-pub en la siguiente liga: https://www.30diasenbici.com/finalizar-compra-2/

Columna publicada el 7 de julio en el diario local y plataforma digital  Penínsular Punto Medio bajo el título Bicicleta o barbarie

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Paseo Nocturno en Bici #611

Fecha: Miércoles 10 de julio de 2024.

Punto de reunión: Parque de Santa Ana (calle 60 x 47 Centro de Mérida).

Consulta el evento en facebook

El destino se re progamó y era Villas del Sol, al llegar estaba sin luz y nos dirigimos a San Juanistas

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La velocidad o la vida

Esta semana concluyeron los trabajos del Foro Nacional de la Bicicleta celebrado por vez primera en esta ciudad de Mérida, Yucatán. La ponencia magistral fue impartida por el asturiano Carlos Rodríguez, invitado de honor del evento, quien inició su participación mostrando imágenes de calles al rededor del mundo intervenidas por los gobiernos locales mostrando el antes y el después de dichas intervenciones, sobresaliendo en la imágenes del “antes” segundos pisos viales, grandes superficies de asfalto y la congestión de automóviles y en las imágenes del “después” espacios arbolados, zonas peatonales y personas en bicicleta. Carlos preguntaba al público en cada par de imágenes: “¿Ustedes qué prefieren? ¿La velocidad o la vida?” a lo que el público fuerte y al unísono contestaba: “La vida”.

La siguiente pregunta que naturalmente se hizo Carlos al igual que todo el público ahí presente era evidente, por qué si preferimos la vida a la velocidad la gran mayoría de nuestras calles están diseñadas para favorecer la velocidad. La respuesta no era fácil, pero Carlos intentó ofrecerla. Comenzó señalando que en realidad existe un grupo no desdeñable -no por el número pero sí por su capacidad de influencia- de personas que prefieren la velocidad y la comodidad de estacionar su auto en la calle sobre cualquier otra consideración, mostró evidencia fotográfica de manifestaciones en su país con personas llevando carteles que decían: “tu movilidad me inmoviliza” culpando a las ciclovías y andadores peatonales de los embotellamientos sin reflexionar que esa congestión de vehículos se debe precisamente a la sobremotorización de las ciudades que resulta insostenible en cualquier parte del mundo. “Se trata de una lucha contra el statu quo y como es de esperarse dicho statu quo presionará con todas sus fuerzas para detener el cambio”, señaló Carlos citando a Janette Sadik-Khan ex encargada de la movilidad en Nueva York autora del famoso texto “Luchar por la calle. Manual para una revolución urbana”.

Describió el conferencista español con claridad ese statu quo en materia de movilidad en México parece estar enquistado: los privilegiados pueden moverse más y más rápido, los “rápidos” excluyen a los “lentos” en el espacio urbano, la ciudad es política hecha cemento y asfalto, la calle es también política, pues privilegia y excluye lo mismo que el espacio público que controla y disciplina a las personas usuarias conformando así ciudades neoliberales que configuran nuestras vidas y amenazan el futuro de todos. Parafraseando a Iván Ilich, Carlos Rodríguez dijo que sólo la velocidad de la bicicleta asegura una equidad en el consumo de energía y por lo tanto su propuesta para seguir enfrentando la cultura cochista o como también se le conoce, la cultura del patriarcarro, es impulsar decididamente una cultura ciclista a través de acciones deliberadas y políticas para revertir la automovilidad haciendo hincapié en que la ciclomovilidad no se trata sólo de tener más ciclistas que automovilistas en las calles sino algo más profundo: descarbonizar, establecer la equidad, la redistribución, el decrecimiento y el desafío a los privilegios. Es preciso, continuó el ponente, anteponer el valor de la vida humana para pensar en la sociedad más allá del automóvil y la velocidad injusta. La clave, concluyó el divulgador internacional de la campaña “30 días en bici”, es comunicar, apropiarse del relato urbano, retratar la crisis del modelo cochecentrista y la resistencia cochista, potenciar la imagen de la movilidad activa, “vender” experiencias y vivencias positivas”, alcanzar a personas que no son usuarias actuales, lanzar mensajes potentes, provocadores, que establezcan modas, vender deseo, potenciar el imaginario de todas las ventajas de la movilidad en bicicleta, en pocas palabras dar la batalla cultural, defender la calle, luchar por el derecho a la ciudad para todos y todas, ser un paraguas de luchas confluyentes y no quedarse en ser un movimiento de un solo asunto. Una conferencia magistral inspiradora, que suscribimos en todos sus términos y que nos haremos cargo no sólo de replicarla sino de llevarla a cabo desde cada una de nuestras ciudades con los recursos y capacidades a nuestro alcance. Así sea.

Columna publicada el 30 de Junio en el diario local y plataforma digital  Penínsular Punto Medio bajo el título La velocidad o la vida