Por Héctor Zamarrón.
En los próximos días, treinta kilómetros por hora será la batalla vial a librar en México. Ese es el nuevo límite máximo de velocidad en calles secundarias y terciarias, es decir, en la mayoría de las calles de las principales ciudades mexicanas.
El artículo 49 de la nueva Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, publicada en el Diario Oficial de la Federación este martes, establece “Medidas mínimas de tránsito” que incluyen la definición de los nuevos límites de velocidad. En las avenidas primarias el límite será de 50 kilómetros por hora y solo en las vías de acceso controlado, es decir: periféricos, viaductos, etc., se permitirá subir la velocidad hasta 80 kilómetros por hora.
Limitar la velocidad a 30 kilómetros por hora es polémico y contradice la intuición de la mayoría de los automovilistas pues sus vehículos están diseñados para que, con toda facilidad, rebasen los 100 kilómetros por hora, entonces ¿por qué imponer esos límites?
La oposición a la nueva norma vendrá, con toda seguridad, de editores de noticias en televisión, radio, periódicos y redes sociales, sobre todo porque la mayoría de ellos utiliza el automóvil como medio de transporte y nadie acepta voluntariamente restricciones a su “libertad individual”.
Escucharemos, de nuevo, los argumentos obtusos de que los autos se dañan por circular a bajas velocidades, que generan más contaminación y que es una imposición inaceptable. Difícil debate cuando hasta los vehículos en que se traslada el Presidente en sus giras estatales viajan a altas velocidades, que rebasan los límites legales permitidos. Solo que en esta ocasión, los opositores podrán volverse muy visibles pero tienen la batalla legal perdida. La víspera, por ejemplo, un reportero escribía en la primera plana de su diario que: “con un nuevo decretazo el gobierno federal quiere que los automovilistas le bajen a la velocidad”. La pura ignorancia.
Esta ley fue una decisión soberana del Congreso que no solo no fue apoyada por el gobierno federal, sino todo lo contrario. Incluso su publicación en el Diario Oficial demoró seis semanas, no estaba en las prioridades presidenciales. La nueva ley es de carácter general, esto significa que es de cumplimiento obligado. Los estados y municipios no pueden rechazar estas disposiciones y deben armonizar sus leyes locales en un plazo no mayor a seis meses. Estos límites de velocidad están basados en la ciencia, no son producto de un capricho o alguna ocurrencia. En el mundo los estudios sobre seguridad vial han llevado a bajar las velocidades.
España lo hizo en abril del 2021 cuando decidió que en todo el país el nuevo límite de velocidad será de 30 km/h. No fue una novedad, ciudades como Bilbao, Barcelona y Sevilla ya tenían años antes esa limitante. París lo decidió también hace tiempo, lo mismo que otras grandes ciudades en el mundo. Esta semana, la Organización de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud impulsan la semana de la seguridad vial en la que uno de los principales objetivos es bajar la velocidad en las calles. #StreetsforLife y #CallesParaLaVida son las consignas. Lo mejor que podemos hacer es explicar las razones del cambio a quienes se opongan, es una medida para salvar vidas y evitar lesiones graves por hechos de tránsito. hector.zamarron@milenio.com @hzamarron
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